"¡Si uno pudiera desandar los años
hasta volver a ser un niño
e ir arrojando toda esta experiencia
a orillas del camino!
¡Qué hermoso regresar al tiempo
del corazón y de los ojos limpios!
Volver a creer. Volver a la inocencia,
al mundo del asombro repetido,
al ignorarlo todo
y amar la fiesta de los grillos,
el perro leal, el trompo
que salta del zumbel trazando giros...
O echarnos por ahí, sin pensar en nada,
de cara al infinito,
mirando como las lejanas nubes
se van quien sabe a qué otros mundos lindos.
¡Oh sí! Retroceder desaprendiendo
tirar mil cosas al olvido,
tener de nuevo el alma ingenua
y dentro de ella un trino.
E ir a través de los vibrantes días
saltando, riendo, despertando a gritos
las mariposas del sendero
y el sueño de los pájaros amigos.
Y ser de nuevo y para siempre
un niño. Nada más que un niño."
Mario R. Vecchioli
No hay comentarios:
Publicar un comentario